Rabelos

Rabelos

Un río es frontera que separa lenguas y patrias, y también una carretera que las une, llevando noticias, trayendo alimentos. En sus valles se forman vientos y se esparce bonanza. En las orlas proporciona abrigo e inspira poemas.

En el devenir de los tiempos, en su viaje entre el nacimiento en los picos de la Sierra de Urbión y en la Foz en Oporto, el Duero fue todo esto y además barrera que impidió el progreso de las tribus musulmanas, palco de sangrientas contiendas, testimonio de Tratados – de Zamora, de Tordesillas- que cambiaron la cara geopolítica del planeta. Es también manantial que nutre planicies y montes, donde crecen viñedos y nacen vinos, de los tintos de Ribera del Duero al néctar de excepción que es el Vino de Oporto.

Como las águilas que se posan en las cimas, en el trazo más internacional de los ríos ibéricos, cada uno de nosotros se sentirá como un pasajero privilegiado, planeando sobre una patria que nos es común: este territorio de asombro y belleza.

Entrando ya en tierras lusas no deja de sorprendernos los paisajes inéditos de Las Arribes, del Valle del Côa y la grandiosidad del Douro Vinhateiro. Y como fin de nuestro viaje una de las ciudades más impactantes de la Península Ibérica, Oporto. Muerte del río pero inmensa belleza del Océano que no diferencia entre las aguas saladas y las dulces en la Foz.
Una vez más el viaje portugués supone una explosión de todos los sentidos del viajero, la gastronomía, la naturaleza, el Patrimonio…y de nuevo el vino, clave del recorrido del río.

Enlaces de interés

Douro

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